El Glyco Test analiza el porcentaje de albúmina glicada (AG) y los niveles de metilglioxal (MGO) presentes en el organismo, dos biomarcadores absolutamente innovadores y de gran relevancia científica, actualmente medidos en muy pocos laboratorios de excelencia, que estamos haciendo accesibles a la población a través de un método de muestreo rápido y sencillo.
El Glyco Test también analiza algunas variantes genéticas relacionadas con el metabolismo que indican una posible predisposición a enfermedades como la diabetes, obesidad y esteatosis hepática.
La medición de estos dos indicadores proporciona información precisa sobre el estado inflamatorio personal vinculado al consumo de azúcares y sobre la relación con todos los tipos de azúcares, incluidos los “ocultos”, como el fructosa y otras moléculas que se metabolizan de manera similar, como el alcohol y los polioles.
A través del Glyco Test, es posible obtener una imagen clara y precisa de la relación personal con los azúcares, lo que permite corregirla fácilmente en caso de que se detecten excesos o situaciones que requieran un reequilibrio.
Se trata de indicadores que, lamentablemente, no pueden ser evaluados a través de la glucemia en ayunas o la hemoglobina glicosilada, como han confirmado desde 2019 las principales revistas internacionales de diabetología.
En presencia de valores alterados de albúmina glicosilada y metilglioxal, que identifican picos en los niveles sanguíneos de glucosa, fructosa, alcohol y polioles, es importante identificar correctamente las posibles causas alimentarias e implementar de inmediato intervenciones nutricionales específicas.
La causa principal de esta alteración suele ser el consumo excesivo, a nivel individual, de azúcares simples, alcohol, edulcorantes, carbohidratos refinados, bebidas gaseosas, frutas y mermeladas, incluso aquellas “sin azúcar”.
En muchos casos, la presencia de estos valores elevados está relacionada con la desproporción entre proteínas, carbohidratos y fibra dentro de una misma comida o colación. Incluso personas moderadas y cuidadosas que aseguran no consumir azúcares simples, pueden presentar niveles elevados de glucosa y picos de azúcar en sangre debido a una desproporción entre carbohidratos complejos (aunque sean saludables) y la proporción proteica en esa comida. Por ejemplo, una persona que consume arroz integral con verduras y una pequeña porción de proteínas, acompañados de algo de fruta, podría experimentar este desequilibrio.
El Glyco Test ofrece la posibilidad de evaluar los “daños por azúcares” mucho antes de que se manifieste la diabetes, incluso en condiciones aparentemente normales.
Este test permite “capturar” de manera sencilla y efectiva la situación individual y la relación con los azúcares, lo que facilita su ajuste con la ayuda de un nutricionista de confianza (o mediante el apoyo de nuestros expertos en inflamación alimentaria, a través del servicio NutriCoach).
El Glyco Test incluye una personalización importante: con base en los datos genéticos y los niveles de MGO y AG identificados, proporciona al menos 84 tipos diferentes de perfiles y soluciones nutricionales y nutracéuticas aplicables. Además, en un contexto médico, cada perfil puede adaptarse aún más a cada caso individual.
A continuación, podemos sintetizar nuevamente las posibles intervenciones que se pueden implementar de inmediato para modular estos valores:
- Seguir una alimentación que incluya el uso de carbohidratos de bajo índice glucémico, siempre correctamente balanceados con una adecuada ingesta de grasas saludables y proteínas (de acuerdo a las necesidades individuales y equivalentes a al menos 0,83 g por kg de peso corporal), respetando el “plato para comer saludable” definido por la Harvard Medical School.
- Asegurarse de tener un desayuno rico y equilibrado, ya que está científicamente comprobada su influencia en los niveles de glucosa. Por ejemplo, pan integral con huevos revueltos y aguacate, o yogur griego con copos de avena, frutos secos y huevo pasado por agua. Además, la ingesta de refrigerios a base de fruta, jugos, mermelada, yogur de frutas o galletas también puede generar picos proinflamatorios. El refrigerio entre comidas es una práctica alimentaria que debe evitarse. Para controlar mejor los niveles de azúcar, es más útil mantener solo tres comidas al día.
- Mantener un buen nivel de actividad física de manera constante para un control eficaz de los niveles de glucosa en sangre y del peso.
- Disfrutar de un “capricho” dulce o de alcohol solo ocasionalmente, respetando las indicaciones en la tabla de glicación que se encuentra en el informe.
- Consultar siempre con su nutricionista y/o farmacéutico de confianza sobre la necesidad de suplementos que pueden ayudar a mejorar el metabolismo de los carbohidratos y que están indicados en la tabla bajo la categoría de “nutracéuticos sugeridos”.
- Asimismo, consultando con su nutricionista, la aplicación de técnicas como el ayuno breve o el ayuno intermitente podrían ser estrategias eficaces para restablecer un nuevo equilibrio en su organismo.
Está demostrado científicamente que aquellos que tienen una genética “relativamente” poco favorable en relación con la obesidad, la diabetes y la esteatosis hepática no deben pensar que tienen un “destino ineludible”. Muchos estudios han demostrado que las personas que son más “susceptibles” genéticamente a la obesidad y a la esteatosis también son las más sensibles a los cambios nutricionales y pueden obtener resultados positivos en términos de variaciones de peso.
Por lo tanto, el compromiso en estos casos puede generar resultados incluso más rápidos.
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