Evaluar si tienes una predisposición genética para desarrollar enfermedades autoinmunes permite implementar estrategias alimentarias y de suplementación con un enfoque preventivo.
Evaluar si se tiene una predisposición genética a la diabetes tipo 2 permite implementar estrategias alimentarias y suplementarias con un enfoque preventivo.
Evaluar si se tiene una predisposición genética a la esteatosis hepática permite implementar estrategias alimentarias e integrativas con un enfoque preventivo.
Evaluar si se tiene una predisposición genética a la obesidad permite implementar estrategias alimentarias y complementarias con un enfoque preventivo.
La proteína BAFF (Factor Activador de Células B) es conocida en el mundo científico desde hace más de diez años, y numerosos trabajos han permitido entender su implicación en diversos procesos, así como las posibles relaciones con la inflamación, incluida la inflamación de tipo alimentario.
Dos marcadores específicos, la albúmina glicosilada y el metilglioxal, permiten evaluar con precisión la condición inflamatoria personal relacionada con los azúcares.
Durante mucho tiempo, la VES y la PCR han sido los principales biomarcadores para evaluar la inflamación. Sin embargo, estas proteínas "de fase aguda" tienen limitaciones en la especificidad y sensibilidad para identificar la inflamación de bajo grado.
Prevenir la diabetes, identificando predisposiciones genéticas y factores relacionados con el estilo de vida, puede agregar significativamente años de vida sana. Un enfoque basado en la medicina personalizada es fundamental para mejorar la calidad de vida y el bienestar, permitiendo indulgencias ocasionales sin sacrificar la salud.
La inflamación es un proceso fisiológico en sí mismo positivo, necesario para defender al organismo. Múltiples factores, como los desequilibrios alimentarios o las infecciones virales crónicas, pueden generar una condición inflamatoria crónica y persistente que está en la base de diversas patologías.