Diabetes e hiperglucemia: una visión general

La diabetes es una enfermedad crónica relacionada con la hiperglucemia que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por una alta concentración de glucosa en la sangre y se origina a partir de una disfunción en el sistema de regulación de la insulina, la hormona responsable del control de la glucemia.

Entre la diabetes y el prediabetes, el porcentaje de personas que padecen esta enfermedad en los países industrializados varía del 35% al 55% de la población.

En Italia, la diabetes es un problema de salud pública en constante aumento. Según datos del Instituto Superior de Sanidad, aproximadamente el 9% de la población italiana sufre de diabetes, siendo el tipo 2 la forma más común: casi el 20% de los adultos mayores de 60 años la padece.

Con el incremento del número de personas enfermas de diabetes o que ya han desarrollado daños relacionados con el consumo de azúcares, también aumentan las enfermedades crónicas asociadas, que representan aproximadamente el 80% de los gastos de los Servicios Sanitarios Nacionales.

La glucemia en ayunas y la hemoglobina glicosilada son los parámetros comúnmente utilizados para diagnosticar la presencia de diabetes. Valores normales de estos indicadores no nos permiten detectar a tiempo los daños causados por los azúcares, que preceden al desarrollo posterior de la diabetes.

Para prevenir la diabetes tipo 2, GEK Lab recomienda el uso de Glyco Test

Diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2: diferencias y similitudes

El diagnóstico se basa en mediciones de glucosa en ayunas y hemoglobina glicosilada. Se habla de diabetes cuando los valores de glucosa superan los 125 mg/dl y la hemoglobina glicosilada es igual o superior al 6,5%.

Sin embargo, existen dos formas de diabetes:

La diabetes tipo 1 se desarrolla cuando el sistema inmunitario ataca erróneamente las células productoras de insulina en el páncreas. Este tipo de diabetes requiere el uso diario de insulina para mantener niveles adecuados de glucosa en la sangre.

La diabetes tipo 2, en cambio, es a menudo el resultado de una combinación de factores genéticos y un estilo de vida poco saludable. En este caso, el páncreas puede producir insulina, pero las células no responden adecuadamente a esta hormona. Una alimentación desequilibrada y rica en azúcares simples, una excesiva sedentariedad y la falta de actividad física son algunas de las causas de su creciente presencia en la población.

Complicaciones de la diabetes

La mayoría de las personas piensa en la diabetes evocando recuerdos del ‘abuelo que se inyectaba insulina’, relegando esta imagen a un tiempo muy lejano, como si fuera un problema de ‘ancianos’. Sin embargo, los daños causados por el azúcar son mucho más precoces y afectan también a los adultos jóvenes y de mediana edad. Además del aumento de peso, estos daños incluyen la reducción documentada del rendimiento (tanto deportivo como general), el declive cognitivo, la disminución de la concentración, las enfermedades infecciosas recurrentes y la fatiga persistente.

En fases posteriores y no controladas, una diabetes mal gestionada puede llevar a una serie de graves complicaciones, incluidas enfermedades cardiovasculares, daños renales y neuropatías, afecciones oculares severas que pueden degenerar en ceguera, trastornos circulatorios y lesiones en las extremidades que, en situaciones extremas, pueden requerir incluso amputación. Todas estas condiciones son perfectamente prevenibles sin renunciar al placer de la alimentación

Prevención de la diabetes

La glucemia en ayunas y la hemoglobina glicosilada son los parámetros comúnmente utilizados para diagnosticar la presencia de diabetes. Sin embargo, cualquier valor dentro de la norma de estos indicadores históricos no nos permite detectar a tiempo los daños causados por los azúcares, que siempre preceden, de manera evidente, el posterior desarrollo de la diabetes.

Los niveles elevados de hemoglobina glicosilada y de metilglioxal, actualmente medidos en pocos laboratorios de excelencia, incluido el de GEK Lab, son indicativos de daños precoces por azúcares.

La medición de estos dos parámetros proporciona indicaciones precisas sobre la condición inflamatoria personal asociada a los azúcares, incluidos aquellos “ocultos o poco conocidos”, como el fructosa (incluido el que se encuentra en la fruta, si se consume en exceso) y otras moléculas metabolizadas de manera similar, como el alcohol o los polioles presentes en los edulcorantes.

Gracias a Glyco Test, se tiene la posibilidad de evaluar los posibles daños causados por los azúcares mucho antes de la aparición de la diabetes, incluso en condiciones aparentemente normales.

A través de este test, es posible obtener una evaluación clara de la situación individual y realizar modificaciones a tiempo en el estilo de vida y la alimentación.

En general, si Glyco Test detecta valores elevados de hemoglobina glicosilada y metilglioxal, hay comportamientos virtuosos que se deben implementar de inmediato para controlar la situación y reducir el riesgo de diabetes, sin necesidad de renunciar al placer de un dulce genuino o de una copa de vino en la medida adecuada.

Entre las indicaciones que pueden ayudar a controlar el exceso de glicación y a prevenir la diabetes, señalamos:

  • Seguir una alimentación que incluya el uso de cereales integrales, siempre correctamente equilibrados con un adecuado aporte de grasas saludables y proteínas, y respetando el plato para comer saludable definido por la Harvard Medical School.
  • Evitar meriendas a base de fruta, jugos de fruta, mermelada, galletas o galletitas, que causan picos glucémicos y una sobreestimulación en la producción de insulina. Para el control de los azúcares, es más útil mantener solo las tres comidas principales.
  • También es importante la distribución de las comidas. A igualdad de calorías ingeridas, es preferible consumir un desayuno más sustancial (con el adecuado aporte proteico), convirtiéndolo en la comida principal y reduciendo la cantidad de calorías consumidas en la cena. De esta manera, se logrará una reducción del 20% de la glucemia a lo largo del día.
  • Practicar ejercicio físico regular que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y a mejorar la sensibilidad a la insulina
  • En acuerdo con el médico o nutricionista, adoptar enfoques como el ayuno corto o el ayuno intermitente, que constituyen estrategias válidas para llevar al organismo hacia un renovado estado de equilibrio.

Cuidado y manejo de la diabetes

Es una percepción común que, una vez diagnosticada la diabetes, no hay retorno y que el camino es tener que tomar medicamentos antidiabéticos de por vida. Sin embargo, las evidencias científicas cuentan otra historia: si se actúa de manera precoz, se puede lograr la remisión de la diabetes tipo 2, y sobre todo, permitir a las personas jóvenes prevenir la evolución negativa de su metabolismo azucarado.

Las mismas reglas que se aplican para la prevención, asociadas a una dieta hipocalórica, han demostrado, en algunos ensayos clínicos, que pueden llevar a la curación de la diabetes tipo 2 en pacientes diagnosticados en los últimos seis años, destacando el poder de la nutrición en la recuperación de situaciones clínicas evidentes.

Para aquellos que necesitan insulina, es fundamental seguir cuidadosamente el plan de administración y monitorear regularmente los niveles de glucosa en sangre.

En conclusión, la diabetes es una condición seria que requiere atención constante y una gestión cuidadosa. Con el cuidado adecuado y un monitoreo regular, las personas con diabetes pueden llevar una vida sana y productiva

Cuidado de la Redacción Científica GEK Lab

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